El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tiene un problema con el dólar. En los últimos meses, el magnate inmobiliario ha mostrado una clara preferencia por un tipo de cambio más débil para apoyar la competitividad de las exportaciones estadounidenses y ayudar a reducir el déficit comercial de ese país.
Sin embargo, como ha percibido el mercado desde la elección estadounidense, el resultado más probable es que sus políticas terminan fortaleciendo la moneda, advierte Chatham House (CH), un think tank ubicado en Londres, Reino Unido.
Sobre las Políticas de Donald Trump, el riesgo es que el dólar estadounidense, que ya está caro, se vuelva sobrevalorado, y esto podría aumentar el riesgo de inestabilidad financiera global, según CH.
La montaña rusa del dólar
Desde 2002 hasta 2011, el dólar se debilitó alrededor de un 30 % en términos ajustados por inflación y ponderados por el comercio, según datos del BIS. Sin embargo, en los años transcurridos desde 2011, el dólar se ha fortalecido y ahora se encuentra en un nivel más apreciado que en cualquier otro momento desde 1985.
La cuestión es la siguiente: cuando la economía estadounidense gana impulso en relación con el resto del mundo, el dólar tiende a fortalecerse, y viceversa.
Después de que China se unió a la Organización Mundial de Comercio en 2001, el equilibrio de vitalidad económica se alejó de Estados Unidos, a favor de China y otras economías emergentes.
Esta fue la década del auge de las materias primas: el aumento más largo y más grande en tiempos de paz de los precios de estos rubros en casi 200 años, en el que un incremento sostenido de la economía china respaldó el crecimiento del PIB en todo el mundo en desarrollo. El dólar se debilitó como resultado.
Pero después de 2011, una combinación de factores inclinó la balanza de la vitalidad económica nuevamente a favor de Estados Unidos. El dólar se fortaleció una vez más.
Y como tanto la economía europea como la china siguen siendo muy frágiles, es probable que el equilibrio de vitalidad económica siga favoreciendo al dólar estadounidense, de acuerdo con el análisis de CH.
Las medidas de Donald Trump que fortalecerán (aún más) el dólar
Otras dos consideraciones también apuntan a un dólar estadounidense más fuerte bajo una segunda administración Trump.
La primera son las implicaciones cambiarias de los aranceles propuestos por el presidente electo a las importaciones. Cuando Estados Unidos impone aranceles a un socio comercial, el mercado cambiario tiende a vender la moneda de ese socio, lo que la obliga a debilitarse para compensar el aumento del precio del dólar inducido por el arancel.
Por lo tanto, la aplicación de aranceles más generalizados a una amplia gama de socios comerciales estadounidenses debería fortalecer al dólar en términos más generales.
Un dólar más fuerte también debería ser resultado del marco macroeconómico que Trump probablemente ofrecerá, ya que probablemente querrá extender sus recortes impositivos de 2017 más allá de 2025, cuando vencen actualmente, por lo que parece probable una flexibilización más sostenida de la política fiscal estadounidense.
Como el impulso a la economía estadounidense creará presión inflacionaria, el mercado esperará que las tasas de interés terminen siendo más altas de lo que podrían ser de otra manera. La combinación resultante de una política fiscal más laxa y una política monetaria más estricta tiende a dar como resultado una moneda más fuerte, explica CH.
El dólar probablemente tenga un margen considerable para seguir subiendo, ya que todavía no está claramente sobrevalorado. El déficit de cuenta corriente de Estados Unidos (la medida más amplia del déficit comercial de un país y una medida aproximada pero útil de la vulnerabilidad financiera) fue de poco más del 3 % del producto interno bruto el año pasado.
Este es aproximadamente la mitad del nivel que alcanzó en 2006, justo antes de la crisis financiera mundial de 2008, lo que significa que los riesgos que surgen de un dólar sobrevaluado pueden ser para la última parte de la segunda presidencia de Trump.
El impacto de un dólar fortalecido para la economía global
Un dólar fortalecido tampoco es una gran noticia para el resto de la economía mundial. Un dólar fuerte tiende a deprimir el crecimiento del comercio mundial, restringir el acceso de los países en desarrollo a los mercados internacionales de capital y hacer que sea más difícil para los países cuyas monedas se debilitarán mantener la inflación bajo control.
Si el dólar se vuelve insosteniblemente caro, se presentará otro problema: cómo lidiar con una moneda sobrevaluada sin correr el riesgo de sufrir grandes trastornos financieros.
Este problema se produjo por última vez a principios de 1985, cuando se consideraba que el dólar estaba peligrosamente caro. En ese momento, Estados Unidos pudo pedir a sus socios comerciales que dependían de su “paraguas de seguridad” (Reino Unido, Alemania, Francia y Japón) que negocian el llamado “Plaza Accord”, que coordinó una serie de intervenciones en el mercado cambiario que permitieron que el dólar se depreciara de manera mesurada. Políticas de Donald Trump
Sin mucho margen para una depreciación negociada del dólar, parece probable que surjan alternativas más caóticas.
Políticas de Donald Trump
Al final, puede que a Trump no le importe demasiado que el dólar se convierta en una fuente de inestabilidad global. El vicepresidente electo JD Vance sostuvo el año pasado que el papel del dólar como moneda de reserva global ha subsidiado el “consumo masivo de importaciones en su mayoría inútiles” por parte de los estadounidenses.
Este tipo de visión podría ver algunos beneficios en un dólar en declive. Sin embargo, desde el punto de vista del resto del mundo, el destino del dólar bajó una segunda presidencia de Trump podría ser una situación de pérdida para todos: ni un dólar fuerte ni un ajuste desordenado que lo debilite beneficiarán mucho a la economía global.
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