Cuando escuchas la palabra McDonald’s, probablemente te viene a la mente ese aroma a papas fritas y hamburguesas que juraste no volver a comer (hasta que llega el viernes por la noche), pero la venta de comida rápida no es su principal negocio.
¿Sabías que, tras el resplandor de los “Arcos Dorados”, se esconde un imperio inmobiliario?
Así como lo lees. ¿Pero cómo McDonald’s se convirtió silenciosamente en una de las inmobiliarias más exitosas del planeta?
En 1937, dos hermanos, Richard y Maurice McDonald, abrieron un humilde puesto de perritos calientes en Pasadena, California. A principios de la década de 1950, ambos preparaban hamburguesas con una cadena de montaje de estilo industrial.
Entonces apareció Ray Kroc, un vendedor de máquinas de batidos. En 1954, conoció a los hermanos McDonald y quedó impresionado por su eficiente sistema de preparación de alimentos, ya que servía hamburguesas en segundos y a bajo costo.
Kroc vio el potencial de replicar este modelo a gran escala. Convenció a los hermanos McDonald para que le permitieran liderar la expansión a través de franquicias. Mientras los fundadores preferían mantener su operación local y controlada,
Kroc apostó por la estandarización: mismo menú, mismos procesos, mismo diseño de local y una estricta supervisión de la calidad y el servicio en cada restaurante.
McDonald’s: el negocio detrás del negocio
El primer McDonald»s bajo la gestión de Kroc abrió en 1955 en Illinois, y sirvió como modelo para los futuros franquiciados. Kroc no solo vendía franquicias, sino que también comenzó a invertir en los terrenos donde se instalaban los restaurantes, asegurando así ingresos estables a través de alquileres y una mayor influencia sobre la cadena.
A medida que McDonald»s crecía, surgieron tensiones entre Kroc y los hermanos McDonald, en parte por los márgenes de ganancia y el control de la empresa.
Finalmente, en 1961, Kroc compró la totalidad de los derechos de McDonald’s por 2,7 millones de dólares, asegurando así el control absoluto de la marca.
Hoy en día, McDonald’s posee aproximadamente el 45 % del terreno y el 70 % de los edificios en sus más de 36 000 locales en todo el mundo.
Solo el 15 % de esos restaurantes son gestionados por McDonald’s. El resto son operados por franquiciados, cada uno de los cuales paga una renta a los magnates corporativos y un porcentaje de sus ventas.
De los locales operados por la compañía, McDonald’s se queda con solo el 16 % de los ingresos. Sin embargo, de los franquiciados, se queda con el 82 %.
Aquí cobra sentido lo que alguna vez dijo el exdirector financiero de McDonald’s, Harry J. Sonneborn, sobre su verdadero negocio:
«Técnicamente no estamos en el negocio de la comida. Estamos en el negocio inmobiliario. La única razón por la que vendemos hamburguesas de quince centavos es porque son la mayor fuente de ingresos con la que nuestros inquilinos pueden pagar el alquiler».
McDonald’s compra los terrenos y edificios donde se ubican sus restaurantes y luego los alquila a franquiciados, con márgenes de beneficio muy generosos, por supuesto. Además de esa renta, se llevan una parte de cada Big Mac, Coca-Cola y Cajita Feliz vendida.
Así que la próxima vez que hagas cola para una hamburguesa Cuarto de Libra, recuerda que no estás solo en un restaurante: estás dentro de un activo inmobiliario generador de ingresos que se hace pasar por un local de comida rápida.
No dejes de leer: Walmart y Amazon evalúan lanzar sus propias monedas estables