Un nuevo estudio publicado en la revista científica Communications Earth & Environment reveló una estrategia poderosa, aunque poco conocida, para acelerar la transición a las energías limpias.
Los autores afirman que dicha estrategia podría ser un punto de inflexión para los países que poseen los minerales de los que depende el mundo, pero que carecen de la energía limpia necesaria.
El estudio se centró en países africanos como la República Democrática del Congo, Indonesia y Sudáfrica, ya que son ricos en minerales críticos como el cobalto y el níquel (esenciales para vehículos eléctricos y paneles solares), pero se encuentran rezagados en infraestructura de energía limpia.
El descubrimiento
Una de las principales razones es que la mitad de su producción mineral está controlada por la inversión extranjera directa de los países más ricos.
Los investigadores descubrieron que si se ejecutara una transición del 40 % de los proyectos mineros respaldados por la inversión extranjera directa al desarrollo local de energías limpias, la capacidad renovable de los países podría aumentar drásticamente.
Este cambio no solo impulsaría las economías locales y crearía empleos, sino que también podría ayudar a estabilizar las cadenas de suministro globales y reducir la dependencia de fuentes de energía sucias como el petróleo y el gas.
Una decisión financiera inteligente
Las inversiones en economía limpia han superado a las vinculadas a la energía sucia en términos de crecimiento a largo plazo, y los inversores inteligentes lo están notando. Redirigir el capital hacia el desarrollo de energías renovables en los mercados emergentes podría generar enormes oportunidades de innovación y rentabilidad.
«Nuestros resultados indican que redirigir las exportaciones de minerales críticos hacia proyectos nacionales de energía limpia en países ricos en materiales esenciales, pero con escasez de energía limpia, podría mejorar razonablemente su capacidad energética, reduciendo la dependencia de economías extranjeras y acelerando las transiciones energéticas locales», escribieron los autores del estudio.
Añadieron que también fomentaría las alianzas internacionales que apoyan el desarrollo sostenible y contribuirían a la reducción de emisiones globales, ofreciendo una vía para una transición energética global más justa y resiliente.
Las energías limpias son aquellas fuentes energéticas que no producen emisiones de gases de efecto invernadero ni otros contaminantes durante su producción, transporte o uso.
Esto significa que son más respetuosas con el medio ambiente que las energías convencionales que utilizan combustibles fósiles.
Entre ellas se incluyen la energía solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y la energía de la biomasa.
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