Quieres crear empresas, pero no estás seguro de qué tipos de modelo de negocio aplicar que sea viable. Este aspecto es importante porque será la forma en la que la gente pagará por tu producto o servicio y, lo más importante, el cómo vas a generar ganancias.
Si es tu caso, no estás solo(a). Sin embargo, antes de profundizar en posibles estrategias para tu empresa, es importante comprender qué es un modelo de negocio y los tipos más populares.
¿Qué es un modelo de negocio?
En palabras simples, un modelo de negocio es un método específico utilizado para que tu empresa genere valor. Un modelo de negocio viable es aquel que permite a una empresa cobrar un precio por el valor que crea, de modo que produzca suficientes ingresos para que valga la pena y continúe operando a lo largo del tiempo.
Por lo tanto, lo que la empresa ofrece debe satisfacer las necesidades y expectativas de calidad del cliente.
Los tipos de modelos de negocio que podrías aplicar en tu empresa
Estos son algunos modelos de negocio y los tipos de valor que ofrecen:
Producto
Un producto es un objeto tangible de valor. Para gestionar un negocio exitoso centrado en productos, se debe producir al menor coste posible, manteniendo un nivel de calidad razonable.
Una vez manufacturado, el objetivo es vender la mayor cantidad de unidades posible al precio más alto que la gente esté dispuesta a pagar para maximizar las ganancias.
Los productos son una forma clásica de valor con un gran potencial si se logran hacer bien.
Servicio
Un servicio implica ofrecer asistencia a otra persona a cambio de una tarifa. Para obtener ingresos con algún servicio, proporciona a otros una habilidad que no puedan o no quieran desarrollar por sí mismos. Si es posible, brinda este beneficio repetidamente con alta calidad.
Al igual que los productos, los servicios abundan, especialmente en la economía del conocimiento. Desde profesores particulares hasta obreros de la construcción y consultores,, las personas con habilidades y/o conocimiento lucrativos pueden obtener buenos ingresos por su tiempo.
Activos compartidos
Un activo compartido es un recurso que muchas personas pueden usar. Dichos recursos permiten al propietario crear o comprar el artículo una vez y luego cobrar a los clientes por su uso.
Para gestionar un negocio rentable basado en activos compartidos, es necesario encontrar el equilibrio entre atender al mayor número de clientes posible sin afectar la calidad general de la experiencia.
Por ejemplo, piensa en un gimnasio. Un gym suele comprar cintas de correr, elípticas, pesas libres, bicicletas y otros equipos, y cobra a los clientes cuotas mensuales de membresía para acceder a estos recursos compartidos.
La clave está en cobrar a los clientes lo suficiente para mantener y, si es necesario, reemplazar sus recursos con el tiempo. Encontrar el público objetivo adecuado es clave para que un modelo de recursos compartidos funcione.
Suscripción
Una suscripción es un tipo de programa en el que el usuario paga una cuota recurrente para acceder a ciertos beneficios específicos. Estos suelen incluir la provisión recurrente de productos o servicios. Sin embargo, a diferencia de un recurso compartido, su experiencia con el producto o servicio no se ve afectada por otros.
Para tener una oferta exitosa basada en suscripción, se debe crear una base de suscriptores ofreciendo un valor confiable a lo largo del tiempo y atrayendo a nuevos clientes.
El número de servicios de suscripción se ha disparado en los últimos años. Desde servicios de streaming y suscripciones a domicilio de artículos, las empresas están recurriendo al modelo de suscripción, a menudo con gran éxito.
Arrendamiento o alquiler
Un arrendamiento implica obtener un activo y alquilarlo por un período acordado a cambio de una tarifa. Se puede arrendar prácticamente cualquier cosa, pero lo mejor es alquilar activos lo suficientemente duraderos como para devolverlos en buen estado. Esto garantiza que se pueda arrendar el bien varias veces y, quizás, eventualmente venderlo.
Para obtener beneficios de los arrendamientos, la clave es asegurar que los ingresos que se obtengan del arrendamiento del activo, antes de que pierda valor, sean mayores que el precio de compra.
Esto requiere fijar un precio estratégico para el alquiler del artículo y, potencialmente, no arrendar a quienes podrían no devolverlo en buen estado. Por eso, muchos alquileres de artículos de alto valor requieren referencias, verificación de crédito u otra información de antecedentes que permita predecir cómo alguien podría devolver el artículo arrendado.
Reventa
La reventa consiste en comprar un activo a un vendedor y venderlo posteriormente a un comprador final a un precio superior. Este modelo de negocio define a la mayoría de los grandes minoristas que compran los productos que luego venden a los compradores.
Las empresas obtienen ingresos mediante la reventa comprando grandes cantidades de artículos (generalmente con descuento por volumen) a mayoristas y vendiendo artículos individuales a un precio más alto a particulares. Este aumento de precio se denomina margen de beneficio.
Agencia o promoción
Los agentes crean valor comercializando un activo, que no les pertenece, a un comprador interesado. Luego, reciben una comisión por conectar al comprador con el vendedor. Así, en lugar de utilizar sus propios activos para crear valor, colaboran con otros para promocionarlos en distintos mercados.
Dirigir una agencia exitosa requiere buenos contactos, excelentes habilidades de negociación y la disposición a trabajar con un grupo diverso de personas.
Un clásico ejemplo de este modelo es un agente deportivo que promociona jugadores a equipos y negocia en su nombre para conseguir el mejor trato. A cambio, suele recibir una compensación equivalente a un porcentaje del contrato.
Información de HBS / Redacción Minuto Financiero
No dejes de leer: Ventas de vídeojuegos disminuyen entre los adultos jóvenes: estos son los motivos
Síguenos en nuestras redes sociales